Muchos de los estudiantes de derecho nos preguntamos a lo largo de nuestro paso por la universidad sobre las salidas que tiene nuestra carrera. Abogados, jueces y fiscales son las salidas más comunes. Sin embargo, nos sorprenderá saber que menos de la mitad de los graduados en derecho se convierten algún día en abogados.
El abanico de oportunidades que nos encontramos es bastante amplio. Existen salidas no tan conocidas como abogado deportivo, del medioambiente o de las nuevas tecnologías, traductor jurídico, mediador, recursos humanos, profesor universitario asociaciones, etc. Las opciones son casi infinitas.
¿Cómo podemos emprender recién salidos de la carrera?
Montar un despacho de abogados como Cuatrecasas, Pérez-Llorca, Garrigues, etc, es un sueño para muchos, pero como con todo, hay que empezar desde abajo. Normalmente, cuando terminamos nuestra carrera no tenemos los recursos suficientes como para construir un edificio con nuestro apellido, pero sí que podemos montar un despacho con un ambiente joven y amigable con salas de reuniones abiertas con el fin de crear una comunidad donde cada uno comparta en su caso las ideas.
Puede que la siguiente pregunta que os venga a la cabeza sea: ¿Es factible lanzarse a la piscina nada más terminar la carrera? En este sector, las relaciones humanas lo son todo, y aprender de grandes (o pequeños) despachos y de abogados con experiencia previa es esencial. Antes de lanzarte a la piscina tienes que conocer el sector, y la experiencia muchas veces nos ha mostrado que esto no se hace desde un aula. Intenta rodearte de personas que tengan las mismas inquietudes que tú, y que te inspiren confianza. Aprende de aquellos que han emprendido en el sector con anterioridad, y apóyate en ellos para aprender de sus errores.
Otro punto importante a la hora de emprender es crear tu marca personal. ¿Quién eres? ¿Qué te motiva? ¿Qué rama del derecho te mueve? Definir estos aspectos te va a ayudar a crear una marca más robusta, y una vez la tengas, toca difundir tu identidad y darte a conocer. Hoy en día lo tenemos fácil, apóyate en redes sociales, un blog, etc, para dar a conocer tu trabajo.
Podemos orientar el despacho de infinitas formas: a las necesidades de los jóvenes, a las nuevas tecnologías, al comercio online, etc. Además podemos utilizar las redes para que los jóvenes abogados colaboremos con las dificultades que se nos presentan y podamos crear redes entre personas de diferentes países del globo.
¿Habéis pensado en un despacho de abogados online?
El uso de las redes sociales es imprescindible en nuestros días, y el derecho no se queda atrás. Incluso hay ya despachos de abogados que utilizan la inteligencia artificial para realizar procedimientos en base a la legalidad, por ejemplo, para recurrir una multa de tráfico.
Las ventajas de tener una empresa online son muchas. ¿Cuáles?: se reducen los gastos, te hará aumentar los clientes y aumenta la visibilidad, etc. Como con todo, también hay inconvenientes, y uno de los principales es asegurarse de igualar la eficacia del teletrabajo al trabajo presencial en este sector.
¿Nuevas profesiones para 2050?
Al igual que las profesiones han ido evolucionando a lo largo de la historia, de aquí a 2050 surgirán nuevas profesiones que no existen a día de hoy y, por supuesto, el derecho tendrá un papel muy importante en su desarrollo. ¿Por qué? Precisamente porque surgen nuevas necesidades. Veamos el ejemplo del derecho internacional, los derechos humanos, el derecho del medioambiente y el big data, entre otros.
Las nuevas profesiones surgen de nuevas necesidades. Por lo tanto, los jóvenes emprendedores debemos estar atentos a las necesidades y conseguir suplir esa demanda. Un ejemplo importante es el comercio online, que está en puro vigor y, por lo tanto, el número de reclamaciones es directamente proporcional, la protección de los consumidores y de sus datos, la necesidad de tener un abogado más barato, etc.
¿Qué podemos hacer?
A día de hoy, los estudiantes de derecho tenemos la oportunidad de acudir a jornadas como Legaltech, Legalmillenials o jornadas que organiza la universidad para conocer las salidas profesionales. Las Clínicas Jurídicas, las asociaciones de derecho y las visitas a juzgados y despachos siempre son una buena opción para conocer, fuera de las aulas, la parte práctica de lo que estudiamos.
Finalmente, y en un nivel más lúdico, nunca vino mal ver series jurídicas como Suits, Cómo defender a un asesino o The Good Wife (te van a enganchar, así que ve con cuidado), y viendo las publicaciones de instagram de la cuenta Jurista Enloquecido o blogs como Hay Derecho. De todo se aprende algo.
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