¿Vino azul? Muchos de vosotros habréis oído hablar de él, pero muchos otros os estaréis preguntando qué pintan esas dos palabras juntas. Desde Start os traemos una entrevista con Aritz López, el CEO de Gïk Live y uno de los participantes de Alternativa Emprender que mañana expondrá en el auditorio Palmirá Plá de la Carlos III el trayecto y desarrollo del vino azul que está revolucionando el mercado.
- ¿Cómo definirías Gïk Live en pocas palabras?
Gïk es la representación de la parte innovadora de la vida, porque nosotros somos así. Creemos en la rebeldía creadora, queremos innovar y construir cosas nuevas, romper con el pasado e inventar el futuro.
- ¿Vino azul, cómo surge esa idea?
La idea de elaborar Gïk surgió por nuestras ganas de revolucionar un sector tan tradicional. Queríamos crear algo nuevo, algo diferente, y el mundo del vino nos pareció un lugar ideal. Al final, es un sector con una gran tradición, rodeado de cierto elitismo y muy reglado. Por supuesto, lo respetamos totalmente y sabemos que es un gran mercado que mucha gente disfruta a diario; es solo que para nosotros, como generación que no ha crecido bebiendo vino -sino refrescos, cerveza o combinados-, no tenía sentido y quisimos cambiarlo. Por eso, creamos una bebida dulce y fácil de beber, adaptada al paladar de gente normal, como nosotros, más que al de experimentados catadores o expertos del sector. El canal de venta, nuestra página web, no fue una decisión banal tampoco. Lo hicimos así desde el principio porque creemos que ofrece posibilidades que antes eran impensables y porque es una forma de actualizar también algo que de por sí parece inamoviblemente tradicional.
Digamos que el vino es el campo de batalla y el azul es la bandera que ondeamos.
- ¿Por qué ese color?
En psicología del color, el azul representa el movimiento, la innovación y el infinito. Es también un color asociado a la fluidez y el cambio. Decía Kandinsky que “cuanto más profundo es el azul, mayor es su capacidad de atracción sobre el hombre; un llamado infinito que gesta en el deseo de espiritualidad y pureza”.
Otro gran referente para nosotros es la Estrategia del Océano Azul, como solemos decir en muchas ocasiones. También es una manera de plasmar la filosofía con la que nace Gïk.
- ¿Cómo empezasteis? ¿Con qué recursos?
Desde el principio hemos intentado autofinanciarnos. Comenzamos con unos primeros lotes pequeños, que se producían en base a reservas previas. Además, ganamos un concurso de Zitek, el organismo que comentábamos justo en la respuesta anterior, que también nos ayudó con un premio en capital. Gracias a todo esto, poco a poco, hemos ido creciendo. Siempre por el apoyo del público.
- ¿Qué equipo está detrás de esta revolución en el mundo del vino?
Detrás de esta revolución hay un equipo muy comprometido y muy capaz, que empezó con cinco creadores -un número muy modesto al principio- y que ha ido creciendo hasta llegar a lo que es ahora, unas 12 personas.
En cuanto a nuestra formación, no somos viticultores, ni tenemos ningún tipo de relación o tradición familiar con el sector. Somos diseñadores, ingenieros, músicos, comunicadores… quizá por eso nos atrevimos a crear esta “blasfemia”.
- ¿Cuál es uno de los mayores retos que habéis encontrado a la hora de meteros en un mercado con tanta tradición? ¿Qué remedios habéis encontrado?
Gïk, como todo, ha tenido sus defensores y sus detractores. Las críticas casi siempre han llegado de la parte más tradicional del sector vitivinícola, creemos que porque todas las revoluciones son un problema para los más reaccionarios. Han llegado a calificar Gïk de “blasfemia” o “terrible invención”. Por suerte, las opiniones favorables son mayoritarias y en una línea muy muy positiva. Este público ha aceptado la bebida y sus valores como propios, se sienten muy identificados y nos hacen llegar sus comentarios a través de nuestras redes sociales, lo que agradecemos mucho.
Nuestro gran remedio ha sido apostar fuerte por lo que nosotros pensábamos que iba a ser una buena idea y creer firmemente que la gente necesitaba algo como Gïk. Por supuesto, esforzarnos mucho por hacerlo realidad y no dejar de luchar por ello.
- A la hora de captar clientes, ¿qué postura veis que estos suelen tener la primera vez que ven el vino?
El azul llama mucho la atención, no es un color que pase desapercibido para nadie. Muchos ya se llevan una grata sorpresa inicial por ello, porque además Gïk tiene una tonalidad muy peculiar. En fotos o en eventos no hay manera de ignorarlo. Pasada esa sorpresa inicial, el sabor es otro punto en el que se detienen todos y todas, que sea dulce y tan fácil de beber gusta mucho.
Hemos comprobado que si alguien tiene prejuicios sobre Gïk, en la mayoría de los casos, quedan resueltos. Puede ser que el color, que es el mayor distintivo a primer vista, resulte para bien o para mal, pero nosotros hemos confiado en el color y la experiencia nos dice que llama la atención para bien.
- ¿Cuál fue tu principal motivación a la hora de emprender? ¿Qué te impulsó a hacerlo?
Sobre todo, trabajar con gente increíble y muy talentosa. Además, para sacar adelante proyectos en los que creemos mientras aprendemos cosas que de otra manera no conoceríamos.
- El concepto de vino azul es un buen reclamo de por sí, pero cuál es vuestro punto fuerte en términos de marketing?
Como decías, el concepto es un gran reclamo, porque nadie se había aventurado con algo así. Además de ser los primeros, en términos de marketing diría que nuestro fuerte es toda la parte online, porque nos permite contactar directamente con nuestro público, que está muy acostumbrado a moverse en redes sociales.
¡No te pierdas a Aritz mañana miércoles 5 de Abril en el auditorio Palmirá Plá del Campus de Getafe de la Carlos III!